LA JIRAFA
Se caracteriza por la extraordinaria longitud de su cuello, por sus altas patas y por presentar la línea del dorso muy inclinada. Esa longitud del cuello y la altura de las patas hacen de la jirafa el más alto y también, proporcionalmente, el más corto de todos los mamíferos. Vive en las estepas en las que haya árboles y matorrales, y casi nunca se la encuentra en lugares montañosos. Suele vivir en rebaños de diez a quince individuos, pero allí donde tiene la seguridad de poderse defender de sus enemigos se reúne en grupos mucho más numerosos. Debido a sus caracteres físicos, la jirafa es un animal poco apto para pastar la hierba; en cambio alcanza con la mayor facilidad, las hojas de los árboles: para ello se vale de la lengua, extremadamente movible y con la que logra atrapar hasta las cosas más diminutas. Las jirafas se alimentan principalmente de ramas, hojas y yemas de mimosa, aunque también les gustan las hojas de las plantas trepadoras que, en gran número, cubren los árboles de los bosques africanos. Cuando se nutre con alimentos frescos y jugosos puede permanecer mucho tiempo sin agua, pero en las épocas de sequía recorre varios kilómetros para abrevar en las lagunas pantanosas o en las charcas. El apareamiento entre las jirafas se produce en marzo o a principios de abril, y el parto en mayo o junio del año siguiente, es decir, tras una gestación que oscila entre 420 y 450 días.
Dato curioso: Cuando la jirafa huye, coloca la cola sobre el lomo.
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